miércoles, 2 de abril de 2014

Vía de las Hadas al Ponoig

Iñaki Miró, blog de montaña y literatura
---------------------------------------------------------------------------------

Las Hadas del Ponoig

Las fotografías que ilustran este reportaje son propiedad del autor y de la página de Internet elev-arte.com


El macizo del Ponoig, en la sierra de Aitana, término municipal de Polop de la Marina, provincia de Alicante, que eleva su cumbre hasta los 1.182 m de altitud, es una fenomenal montaña calcárea rodeada de farallones verticales por todas sus vertientes.


Con paredes verticales de hasta cerca de 500 m de desnivel, es una de las montañas más atractivas para los escaladores, que desde hace aproximadamente 40 años vienen explorando todas las posibilidades que ofrecen sus diferentes vertientes.


Esta vertiente, orientada al sur, con algo más de 400 m de desnivel, recibe el nombre de sector Hadas por ser éste el nombre de la primera vía que se abrió en la zona. La vía de las Hadas (línea roja), fue abierta por Félix Gómez de León, Pablo Fernández y M. Ángel Díez el siete de diciembre de 1982. Tiene una longitud aproximada de 515 m repartidos en catorce largos de cuerda y una dificultad de 6a+ A1. El equipamiento es viejo y en algunos lugares bastante precario, y aunque no es obligatorio, conviene llevar material de autoseguro. Es un vía larga, dura, y aunque aparentemente el nivel de dificultad no es demasiado elevado, es una vía que no conviene subestimar, pues la longitud de la misma, la roca (no siempre buena) y lo anticuado del equipamiento, hacen de las Hadas una vía bastante exigente.



Llevaba tiempo queriendo hacer esta vía, que mi compañero Javi y yo habíamos intentado en un par de ocasiones, una de las cuales fracasó porque hacía demasiado calor y la segunda, hace unos pocos meses, porque hacía tal ventarrón que tuvimos que bajarnos del segundo largo. Y por fin, el día 15 del pasado mes de febrero, acompañados de Alex, nos decidimos de nuevo. A la tercera va la vencida.


Para Álex va a ser su primera vía en esta vertiente del Ponoig.


De las reseñas que he encontrado en Internet ésta es la que más me ha gustado.


Los cuatro primeros largos, hasta llegar a la vira por la que también se puede entrar a la vía, no son demasiado interesantes, y por eso bastantes cordadas los evitan.


Son largos herbosos, que discurren por una zona poco definida.


Después de la vira, el quinto largo todavía continúa  con una configuración rocosa similar.


Aunque en la zona superior, bajo la quinta reunión, es donde de verdad la pared adquiere verticalidad y la roca la configuración que la va a caracterizar durante el resto de la vía. Aquí es donde empieza verdaderamente las Hadas.


En el sexto largo la roca ya ha cogido el color característico de la pared. Es un largo vertical, equipado con clavijas y algunos cordinos viejos.


Nos encontramos, metido en un agujero de la roca, con un taco de madera que tenía el cordino roto. Así que tuve que dar un paso bastante precario colgado de un gancho en una gotera para llegar al siguiente buril, que estaba sobre una repisa que no se veía.


Luego no resultó un paso excesivamente difícil, pero como la chapa no se veía bien el gancho nos vino de perlas. Este largo, el sexto, es un largo semi artificial, pero con los seguros muy viejos. La verdad es que hasta que no llegas a la reunión no vas muy tranquilo.


En la parte alta del largo se sale en libre sin demasiados problemas.


Aquí ya estamos disfrutando de la escalada.


El séptimo largo empieza con una travesía hacia la izquierda que nos permite disfrutar de unas vistas excepcionales sobre el Tozal de Levante.


Ojo en los primeros pasos con algunos bloques bastante precarios. Hemos acertado con el día, estamos en pleno invierno pero hace un sol muy agradable.


Una vez terminada la travesía ascendemos por una fisura-bavaresa de V grado muy bonita.


Es un placer escalar en estas condiciones y con un día tan espectacular.


Alex y Javi en la séptima reunión, con unas vistas impresionantes sobre el valle.


Empiezo la travesía del octavo largo, el largo clave de la vía. En realidad la vía de las Hadas va sorteando de forma atrevida e inteligente los grandes desplomes que jalonan la pared, pero en algunos lugares, como éste, no le queda más remedio que encararlos.


A este largo tan característico le llaman el largo de la Flauta.


La roca aquí es sólida, y el ambiente espectacular. El paso se puede hacer en libre, pero como los desplomes no se me dan demasiado bien y no lo conozco, prefiero ser prudente y no arriesgar una caída.


Esos dos en la reunión no paran de animarme, pero no sé no sé... se ríen demasiado del abuelo.


Pero como con mi estribo me subo por cualquier parte... pues eso, para arriba.


Alex en cambio, que es joven y entrena, ataca la Flauta en libre sin ninguna vacilación.


En la parte de arriba del largo, una vez superado el desplome, la roca es de peor calidad.


Y el "patio" que ya vamos dejando bajo nuestros pies le dan a la vía un ambientazo espectacular.


Javi y yo llevamos ya casi ocho años escalando juntos, prácticamente desde que vine a vivir a esta tierra levantina, y son cerca de 100 vías de gran pared las que hemos hecho juntos.


El siguiente largo, el noveno, discurre por una travesía diagonal ascendente hacia la derecha, casi sin seguros y sobre una roca quebradiza.


Nada más empezar el largo me agarré a una presa que se me deshizo en las manos y no me caí porque con la otra mano estaba agarrado a la reunión. Ojo con este largo; hay que asegurarlo con friends.


Pero luego, según se sube, la calidad de la roca va mejorando a la par que aumenta la dificultad. La reseña marca sólo V+, yo le daría por lo menos 6a, y con seguros precarios.


Es un largo un tanto extraño, y la zona alta poco definida.


La entrada a la novena reunión yo la hice por la izquierda de un bloque desplomado, mis compañeros por la derecha, por una placa bastante fina que obliga a apurar.


Es una configuración de gotas de agua con poca adherencia para los pies; menos mal que ahí tenían la cuerda para arriba, que si no...


Una vez en la reunión estamos más tranquilos, ha sido un largo difícil, mal asegurado y con la roca... uf.


El décimo largo, que empieza en un enorme puente de roca por encima de la reunión, vuelve a ser una travesía diagonal ascendente hacia la izquierda.


Mientras Javi asegura Alex aprovecha para hacer esos fotones a los que nos tiene acostumbrados. Fijaos en la sensación de "patio" que nos da el fondo del valle, allá abajo. Es una pared impresionante.


En realidad, en la imagen ya estoy por encima de la reunión que marca la reseña. me la he saltado por incómoda. Después de esa placa que se ve, fina, de 6a, llegamos a una especie de fisura estrecha en diagonal más sencilla, aunque algo "rara". No aconsejo saltarse esa reunión. El largo que sale, empalmando dos, es demasiado largo y tiene un par de travesías en sentido contrario que ejercen fuertes rozamientos sobre la cuerda. Para llegar a la reunión iba tirando de cuerdas como un animal.


El tiempo está cambiando. Una bruma húmeda se estaba apoderando del valle y también, a esta altura, empieza a levantarse el aire. Ya vemos la cumbre del Tozal de Levante y el Puig Campana al fondo.


Nos vamos poniendo algo más de ropa. Alex no porque como es del trópico tiene la sangre más caliente.


A esta altura, una vez superados los grandes desplomes, la pared pierde verticalidad. Desde la onceava reunión, una travesía en diagonal, ascendente, hacia la derecha, nos deja en la arista que lleva hasta la cumbre.


Es una arista bonita, en algún tramo bastante afilada, con un paisaje impresionante a ambos lados. En dos largos más nos ponemos en la cumbre.


Y la consabida foto de cumbre. Ha sido una jornada excepcional: un buen día y una bella escalada con dos buenos compañeros. ¿Se puede pedir algo más?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por añadir tu comentario.